El sermón del monte o de
la montaña
fue, de acuerdo al evangelio según San Mateo, un sermón dado por Jesús de Nazareth a sus discípulos y a una gran multitud (Mat. 5:1; 7:28). La tradición dice que la alocución se desarrolló en la ladera de una montaña (de ahí su nombre). Algunos cristianos contemporáneos creen que se trataba de un monte al norte del Mar de Galilea, cerca de Capernaum.
El Sermón del Monte puede ser considerado como similar (pero más sucinto) al Sermón del Llano como se menciona en el Evangelio según Lucas (Lucas 6:17–49). Algunos comentaristas creen que puede tratarse de versiones distintas del mismo texto, mientras que otros dicen que Jesús predicaba frecuentemente temas similares en diferentes lugares. En tercer lugar, hay quienes creen que ninguno de los sermones realmente existió, sino que ambos son compilaciones de las primeras enseñanzas de Jesús tal como se muestran en Mateo y Lucas.
Probablemente la porción más conocida son las Bienaventuranzas que se encuentran al inicio. También contiene el Padrenuestro, así como la versión de Jesús de la Regla de Oro. Otros versículos citan a menudo la referencia de "sal de la tierra", "luz del mundo" y otras. Para muchos, el Sermón del Monte contiene las disciplinas principales del cristianismo y es considerado como tal por muchos pensadores morales y religiosos como Tolstoy y Gandhi. El erudito del Nuevo Testamento Barnett Hillman Streeter, Oxford, estableció ya en la década de 1930 que "la enseñanza moral de Buda tienen cuatro parecidos notables con el Sermón de la Montaña".
El sermón del monte:
Las bienaventuranzas
(Lucas. 6. 20-23)
CAPÍTULO 5 Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.
2 Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos resibirán consolación.
5 Bienaventurados los mansos, porque ellos resibirán la tierra por heredad.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a DIOS.
9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de DIOS.
10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, por que de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
12 Gozáos y alegráos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguiéron a los profetas que fueron antes de vosotros.